jueves, 1 de octubre de 2015

La mejor dieta para el cerebro: la lectura



Al igual que los nutricionistas andan siempre preocupados por hallar dietas ricas y completas para cuidar nuestra salud física, el médico y profesor de psiquiatría clínica norteamericano Dan J. Siegel ofrece en su libro Tormenta cerebral, el plato combinado completo para cuidar nuestra salud mental.


Siete son  las actividades que, según Siegel, sirven para abrir la mente y construyen  nuestro cerebro ayudando a consolidar y a activar nuestras redes neuronales. Pero del mismo modo que siempre nos hemos preguntado si existe algún alimento especialmente rico, capaz de cubrir todas las necesidades nutricionales de nuestro organismo, es posible plantearse, si existe alguna actividad que también cubra todas o la mayor parte de las necesidades de nuestra mente.
Personalmente considero que la lectura es la actividad que puede activar casi todos estos espacios:

  1. Tiempo interior. Leer nos conduce siempre hacia dentro de nosotros mismos, el buen escritor nutre ese tiempo interior, como el maestro zen que nos ayudara en la meditación, nos guía por dentro de los espacios interiores, por las galerías del alma de las que hablan Machado y, recordémosla, también, Santa Teresa.
  2. Concentración. La lectura favorece la concentración, nos exige, a la vez que nos permite, olvidarnos de los estímulos ajenos a la lectura, para concentrar toda la energía mental en el esfuerzo lector.Las habilidades lectoras de orden superior exigen, para ser realizadas con éxito, una fuerte actividad neuronal entre diversos circuitos cerebrales, que consumen mucha energía y que pueden producir en lectores poco avezados una gran sensación de cansancio.Las personas que tienen hábito lector muestran mayor capacidad de concentración en tareas intelectuales que aquellas que no leen.
  3. Tiempo de concordar. Siegel entiende el tiempo de concordar como  tiempo dedicado a armonizar con los demás. Al crear imágenes mentales de los acontecimientos de las vidas de los personajes que estamos siguiendo a través de la narración, se activan nuestras neuronas espejo y somos capaces de sentir lo que ellos sienten, esa es la base neurológica de la identificación, que busca el lector, con los personajes de la trama.  La lectura favorece la comprensión del otro y ayuda a desarrollar la capacidad de empatía. Permite y favorece la aceptación de las conductas e ideas ajenas al comprender las causas y las circunstancias que las producen y, al leer encontramos siempre una galería de tipos y personajes variados que facilitan nuestra apertura mental frente a lo diferente y  mejora nuestra capacidad de concordar.
  4. El tiempo de juego es el cuarto componente de la dieta para el cerebro, es el tiempo de libertad, el tiempo sin afán ni obligaciones, el tiempo de disfrutar. Y todas estas emociones las experimenta el lector, libre al fin de la responsabilidad de producir, o de cualquier otra y entregado al placer artístico, a la metáfora, al juego de palabras, al detalle revelador, a la pura emoción literaria.
  5. El tiempo de inactividad es para D.J. Siegel pieza fundamental, porque ese es el tiempo en que nuestra creatividad se desborda, y en el que la mente produce asociaciones  a partir de las experiencias sensoriales, emocionales, intelectuales, artísticas, y en definitiva humanas. El buen lector muchas veces descubre su pensamiento alejado del libro,  el escritor ha estimulado su mundo interior y lo ha conducido a desarrollar ideas y pensamientos nuevos, aguijoneando en este tiempo de inactividad todo su potencial analítico y creativo.

6. El tiempo de sueño, aunque es evidente que no es posible la lectura cuando nos entregamos al sueño, Sin embargo, si es cierto que el hábito lector facilita la conciliación del sueño al permitirnos entrar en un estado de relajación y de laxitud que facilita la transición hacia el sueño reparador y enriquecedor, pues la lectura del día y más aún la que hemos realizado antes de dormir nutre también nuestro universo del sueño.   

              Así que, salvo el componente de la actividad física, la lectura es una actividad que ejercita la mente en todos aquellos aspectos que el profesor Dan J. Siegel considera imprescindibles para mantener un cerebro ágil, potente y saludable. Y esa debería ser nuestra respuesta a nuestros alumnos ante la pregunta clásica ¿para qué sirve leer? 

PARA MANTENER UN CEREBRO ÁGIL, POTENTE Y SALUDABLE Y UNA MENTE SANA, ABIERTA  Y EMPÁTICA.





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